Este es mi recuento de lecturas del mes de abril, pero más que una reseña de cada libro, lo que quiero hacer es comentarlos en base a mis impresiones. Aunque esta vez será SIN SPOILERS.
En 1866, el pintor norteamericano James Whistler, deja Londres para viajar de incógnito al puerto de Valparaíso. ¿Qué lo motiva a tan insólita aventura? Uno de sus biógrafos señalará que fue «el más inexplicable accidente de su vida».
Sobre este acontecimiento desconocido por la historia en Chile, el escritor Jorge Marchant Lazcano fabula acerca del destino de Whistler en Sudamérica. Su inesperada relación con una misteriosa joven, lo lleva a leer un relato titulado «Las Hijas de María», referente a la tenebrosa suerte de las mujeres que se encontraban en el templo de la Compañía el 8 de diciembre de 1863.
¿Qué extraño vínculo une a «La joven de blanco», una de las más hermosas obras de Whistler, con Amalia Bezanilla, la patética heroína de «Las Hijas de María»?
El resultado es una novela apasionante y perturbadora que manipula las convenciones del narrador omnisciente decimonónico con las tinieblas de la novela victoriana. El autor hace guiños a Wilkie Collins, a las hermanas Brontë, e incluso a Blest Gana, en su intento de enlazar dos mundos tan opuestos.
Me gustó mucho este libro. Mi motivación a leerlo fue que la historia se veía parecida a la de La joven de la perla de Tracy Chevalier que había leído antes y me había encantado, pero esta novela no es exactamente como esa. Cuando parte el libro Whistler ya ha pintado La joven de blanco y eso es lo que lo vincula con una misteriosa joven con la que se encuentra en Chile.
En la novela hay dos historias, una es la propia de Whistler y la otra es la de Las hijas de María que la va leyendo el pintor, pero que en el libro aparece para que la leamos en conjunto con él. Desde el principio existe la incógnita de quien es el autor de ese relato, quien es Amalia Bezanilla y que relación tiene con la joven con la que Whistler se encuentra. Me gustó todo ese misterio, fue muy ameno de leer.
Si hubo alguna vez una mujer que dejara escapar al hombre de su vida, al único que la amó incondicional y ciegamente, esa mujer fue la frívola y caprichosa Scarlett O’Hara. Si hubo un hombre enamorado, que comprendiera y aceptara el carácter ambicioso, vulnerable y en ocasiones entrañablemente infantil de Scarlett, ese hombre fue Rhett Butler. La inolvidable protagonista de «Lo que el viento se llevó» inicia en esta novela una tenaz búsqueda de la felicidad. Tara, las ciudades ocupadas por los yanquis, la Irlanda de los O’Hara y los caminos del dolor y el desamor son los escenarios en que se desarrolla la lucha de Katie Scarlett por dar un nuevo sentido a su vida. La joven muchacha se transformará en una hermosa mujer, independiente y ambiciosa como en su juventud, pero más humana y segura de sí misma. Una lectura obligada para los fans de «Lo que el viento se llevó».
Cuando terminé de leer Lo que el viento se llevó el año pasado me puse a leer este libro, pero lo dejé, porque sentía que nadie podría retratar a Scarlett como lo habría hecho Margaret Mitchell, además yo estaba muy desanimada.
Pero ahora no sé que me dio que lo retomé... aunque hice trampa, porque me salté todas las partes en las que a mi juicio no pasaba nada importante y sólo leí esas donde salía Rhett o pasaba algo crucial en la vida de Scarlett, así que me salté casi todo lo de Scarlett con sus primos O'Hara y varias partes de Scarlett en Irlanda y el resultado fue que ¡me encantó la historia! Fue un torbellino de emociones, hubo momentos en que me ponía de los nervios y estaba desesperada por llegar al final, así que leí horas y horas sin parar.
Nunca podrá superar a la obra original, pero aún así la considero una muy buena historia. Al terminarla me sentí muy satisfecha. Me gustó el crecimiento de Scarlett.
Como leí Scarlett saltándome partes no lo consideraré como un libro más leído y no lo contaré para mis metas de lectura, porque así no vale.
Muy agradecido de tu comentario. Abrazos.
ResponderBorrarMuchas gracias a usted por leerme. Saludos cariñosos!
Borrar